Hace unas tres semanas me encontraba escribiendo un artículo sobre The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom. Vi necesario escribir aquellas palabras tras el vídeo de gameplay de Eiji Aonuma. Aquel vídeo elevó mi hype por el juego a los cielos. Fuimos al fin conscientes de la magnitud de mundo y posibilidades jugables que se nos venían encima. Un mundo tan o más grande que el de su predecesor con aun más interacción con el entorno, pudiendo combinar objetos a placer. Infinitas posibilidades jugables.
Y una vez más volvíamos a estar equivocados. Pensábamos que, tras el vídeo de gameplay, no necesitábamos ver más. Que el juego tendría una historia algo más elaborada que la de su predecesor, pero tampoco algo espectacular y que su punto diferencial sería la jugabilidad, con más posibilidades y más perfecta y refinada que en Zelda Breath of the Wild. Qué equivocados estábamos. Sí necesitabamos ver más. Necesitábamos volar, necesitábamos llorar, necesitábamos rehidratarnos. En definitiva, necesitabamos explotar de hype.
Nunca 3 minutos habían marcado tanto a la comunidad de jugadores. Nunca tres minutos habían unido tanto. Nunca tres minutos habían significado tanto. Sólo Zelda es capaz de lograr una postura tan unánime.

Allá por el año 2017 el apodado hasta hace poco como EL TRAILER, es decir, el mejor tráiler de la historia de los videojuegos, nos flipó como nunca antes habíamos sentido. Un tráiler que no te destripaba apenas nada de la historia en sí ya que era muy difícil hilar dos escenas en él, pero que su objetivo era el de dejarnos alucinados con la inmensidad con su mundo, con sus personajes y sus mecánicas. Y vaya si lo logró, tanto que 6 años después seguimos hablando de él.
Muchos, servidor entre ellos, veían prácticamente imposible superar aquel épico tráiler. De hecho, también me incluyo entre la gente que no veía necesario ver más sobre Zelda Tears of the Kingdom. Qué equivocado estaba y estábamos. Bajo mi punto de vista el tráiler que vimos hace una semana ha superado con creces al de su predecesor. Y en todos los sentidos.
Zelda Breath of the Wild se vendía como una aventura abierta y libre, con no demasiado peso narrativo, y así orientaron aquel épico tráiler. Más de la mitad del tiempo veíamos a Link interactuando con el entorno y el resto eran fragmentos con contenido sobre la trama. En Tears of the Kingdom lo han orientado distinto. La trama tiene mucho más peso tanto en el tráiler como en el juego, o al menos eso creo y espero. En cuanto a libertad e interacción con el entorno ya sabemos lo que esperar, lo dejó claro Aonuma en su vídeo de gameplay, así que solo quedaba dejarnos locos con la historia del juego, y vaya si lo han logrado.

Como ya he comentado, el punto fuerte de Zelda Breath of the Wild no es su narrativa. Cuenta con fantásticos personajes con una personalidad muy bien desarrollada, el estupendo doblaje a tantos idiomas ayuda a ello. Y les coges cariño sin duda. Pero dentro del desarrollo del juego no tienen gran peso, excepto 4 o 5 de ellos. Y, además, los que más llegaron a gustar a los fans sólo los vemos en recuerdos puntuales. Bajo mi punto de vista era el gran punto flaco del título, uno que incluso me llegó a decepcionar un poco, porque no estaba a la altura del resto de apartados que claramente eran superlativos.
Nintendo sabe muy bien de qué pie cojeó Zelda Breath of the Wild. Lo saben muy bien. Zelda Skyward Sword fue un juego con bastante narrativa y muy líneal. Tras él los fans pidieron algo más abierto. Eso fue lo que nos dieron con Zelda Breath of the Wild. ¿Qué pidió la gente después? Algo más orientado a la historia. ¿Queréis historia? Pues tomad al «legítimo Rey». Y así ha sido.
Puede ser que al final no sea así y, por mucho que en los tráilers se muestre mucho peso en la historia, al final no tenga tanta influencia. Personalmente prefiero pensar en que sí que la tendrá, ya que es lo que llevo años deseando. Pero vaya, tampoco descartemos una historia un poquito residual en pro de la libertad más absoluta como pasó con su predecesor.

El TRAILERAZO, que ya lo hemos apodado así, el emitido en directo hace una semana ha sido una absoluta locura. La música que utilizan es de locos y tiene hasta tres subidones que sirven para las revelaciones más increibles contenidas en esos 3 minutos. Unas revelaciones de nuevos personajes entre los que se incluye el nuevo diseño de Ganondorf, enemigo que ya hizo aparición en otros juegos de la saga.
Una auténtica locura de tráiler muy centrado en nuevos personajes y en la historia, aunque tampoco dejó de lado nuevas localizaciones y usos de los poderes ya vistos y algunos nuevos. Las teorías ya han echado a volar y servidor tiene alguna nueva en mente. Hemos podido ver una nueva raza de estilo draconiano y a un personaje femenino de aspecto similar a Zelda, y a la princesa la hemos visto con nuevos ropajes. Sin lugar a dudas lo más espectacular ha sido el rediseño de Ganondorf. Un rediseño muy acorde al estilo artístico del juego y lleno de detalles. Personalmente estamos ante el mejor diseño nunca hecho para este «legítimo Rey».

Un tráiler que servidor ha visto ya decenas y decenas de veces y nunca me cansaré de hacerlo hasta la salida del título.
Si hay algo que me ha hecho extremadamente feliz, además del tráiler y su epicidad claro, ha sido la recepción del mismo por parte del público. Dejando a un lado las estúpidas batallitas por la carencia de potencia de Nintendo Switch o de que es una consola obsoleta, que podemos estar en parte de acuerdo, pero es un debate absurdo, la recepción por parte del público ha sido unánime. «Si es un DLC a 70 euros» etc etc, se han tragado sus palabras.
La recepción ha sido absolutamente unánime. Se nos viene el juegazo del siglo. Minutos después de la emisión del tráiler, que, además, fue un estreno en Directo para que nadie fuese al final a filtrar las sorpresas antes de tiempo, «GOTY» fue trending topic en redes como Twitter. Nintendo lo ha cocinado a fuego muy lento, ha ido dándonos raciones de Zelda Tears of the Kingdom muy poco a poco y, a falta de un mes para su salida nos ha soltado este bombazo de tráiler. Y claro, el público ha estallado.
Lo que hasta ahora parecía un Breath of the Wild ultravitaminado ahora es mucho más que eso. Ahora es el juego más esperado de todos los tiempos por el público. Ahora es lo único en lo que podemos pensar, el motivo por el que contamos los días. Lo que se nos viene el 12 de mayo es incalificable ya. ¿Y lo mejor? Que todavía apenas sabemos nada.