Si durante la época de la Wii de Nintendo hubo un juego polémico, un juego que trajo mucha disparidad de opiniones y especialmente una diferencia brutal entre la perspectiva de los medios frente a la de los jugadores, ese fue The Legend of Zelda: Skyward Sword. Un título que estuvo en desarrollo muchos años, una generación entera, la de la propia Wii. Salió al mercado cuando a la consola le quedaba un hilo de vida y que fue un tremendo fracaso en ventas. Menos de un 4% de los usuarios de la consola se hizo con el nuevo título de la saga, un fiasco estrepitoso. Un fiasco de tal magnitud que hizo que Nintendo se trabajase mucho la siguiente entrega, tanto que esta supusiera un golpe sobre la mesa y rompiese con todo lo establecido para hacer renacer la saga desde sus cimientos. Y así lo logró con The Legend of Zelda: Breath of the Wild.
Skyward Sword no fue un juego malo, pero si bastante irregular que salió en una época de declive de Wii. La remasterización HD estaba más que cantada para un título que sin duda vendió mucho menos de lo que debería. Es cierto que para muchos, entre los cuales me incluyo, este título fue bastante decepcionante como Zelda y como título en general y que los medios inflasen sus notas y estuviesen compradísimos en la época no ayudó en absoluto. Cuenta con varios defectos importantes que poco tienen que ver con el control, que también es cierto que no respondía del todo bien en su momento. Quejas del pasado aparte, hoy vamos a reseñar su remasterización HD. Una remasterización que no ha salido al mercado exenta de polémica.

Preludio a Breath of the Wild
Zelda Skyward Sword vino a revolucionar la saga, pero sin salirse de su sistema establecido. Revolucionó en algunos aspectos, pero, en el fondo, fue fiel a sus raíces. Vino a ser un paso intermedio entre el hermetismo sistemático de Zelda Ocarina of Time y la ultra revolución en todos los aspectos que supuso Zelda Breath of the Wild. Vino a ser la primera piedra de la revolución que este último trajo a la saga hace ya más de 4 años.
Skyward Sword hereda los comienzos modestos del héroe que ya aplicó Twilight Princess. Link no nace siendo la encarnación del héroe sino que es un civil más, en esta ocasión un estudiante en la ciudad de Altarea, una isla flotante sobre las nubes. Zelda, tres cuartos de lo mismo, no es la encarnación de la Diosa, no, de momento. Ambos descubrirán su posición en la historia al cabo de unas horas de juego. Esto es sin duda una declaración de intenciones que da mucha más humanidad a estos personajes y crea entre ellos una relación mucho más bonita que la mera historia del héroe y la damisela en apuros. Ya que damisela en apuros no la hay en esta ocasión. Zelda irá en todo momento un paso por delante. Ambos protagonistas estarán realizando distintos actos para eliminar el mal, con el fin de salvar el mundo.
Este título, como he comentado antes, revolucionó, en su justa medida. Incluyó, por primera vez en la saga, una barra de resistencia de la que haremos uso para correr o escalar. También incluyó una alforja, con capacidad limitada, para transportar objetos secundarios. Un título en el que la historia pasaba a un segundo plano y lo principal era la jugabilidad. Se puso mucho énfasis en el combate y en el control, pero eso, lo vamos a tocar más adelante.

Un salto con exceso de fe
Skyward Sword es un título con muy poca exploración, con mapas grandes, pero limitados y que recompensa bastante poco el hecho de no seguir el camino establecido. En todo momento sabremos a dónde debemos ir. La primera, principal y única ciudad del juego es Altarea. Es grande, pero ni mucho menos enorme. Tiene muchos habitantes, los cuales nos irán proponiendo pequeñas misiones secundarias, la mayoría de veces hacer de recadero, las cuales nos premiarán con muestras de gratitud que hacen las veces de skulltulas doradas de este juego, ya que por cada decena de ellas nos darán una recompensa. La ciudad cuenta con una tienda y más adelante una segunda, también con tienda de pociones y con un herrero, donde mejorar nuestro equipamiento, entre otras cosas.
Altarea se encuentra en los cielos, cielos que obviamente podremos recorrer. Esto viene a ser como el mar de Wind Waker, salvando las distancias. Ya que en esta ocasión está vacío, literalmente no hay nada. Más allá de Altarea tenemos una isla donde entrenar esgrima, una isla con un divertido minijuego y otra con un bar en el que tendremos un par de misiones secundarias y ya. No hay nada más, el resto son islotes o restos de asteroides con un impulsor de velocidad. Más adelante se desbloqueará otra zona con un par de islas interesantes para la aventura y poco más. Eso es todo.

Bajo las nubes encontraremos 3 zonas tematizadas de forma muy particular, como viene siendo habitual en la saga. El bosque de Farone, el volcán de Eldin y el desierto de Lanayru. Y no hay más, con los cielos y esas 3 zonas inferiores tenemos un juego de unas 40-50 horas de duración, que, como podéis imaginar, hace buen uso del reciclaje. Cada una de estas tres zonas las visitaremos hasta en tres ocasiones. Estas nos propondrán algún puzle más o menos largo para terminar descubriendo y completando una mazmorra. En ocasiones nos obligarán a recorrer por segunda vez alguna de estas en busca de algún objeto nuevo. La tercera visita a cada zona no conllevará mazmorra nueva, simplemente un puzle extenso. No tiene por qué ser negativo revisitar zonas, pero cuando estas no reciben un cambio sustancial, todo huele a reciclaje y es una lástima, pero en este juego canta bastante todo eso.
El diseño de mazmorras es sobresaliente en este título. Personalmente es el apartado que más se disfruta del mismo sin lugar a dudas. Un diseño exquisito, unos rompecabezas muy retorcidos y un constante uso de objetos nuevos y pasados que resulta en una enorme satisfacción cuando se completa el desafío. Además, los combates contra jefes están a la altura de los mejores de la saga. Monstruos enormes y con mucha resistencia que tendremos que golpear en repetidas ocasiones hasta acabar con ellos y las mecánicas para golpear a algunos de ellos nos llevará un buen rato pensarlas.

Cronológicamente Skyward Sword es el primero de la saga, pero el título tiene un ritmo irregular a la hora de contar la historia y apenas hay dos o tres personajes relevantes en ella. Conoceremos los orígenes de la leyenda de la diosa y el héroe y el mal y también el de la propia Espada Maestra. Además, al ser el primero es el punto de partida del resto de leyendas del héroe que se cuentan en el resto de juegos de la saga.
El Link de este título es el mismo de siempre, no habla, pero al menos tiene expresiones faciales. Zelda está muy trabajada en esta entrega y tiene un papel clave en la trama, además será el personaje mediante el cual sepamos casi todo sobre la trifuerza y el origen del mal. Impa, como fiel protectora de la diosa, también será de vital importancia y nos guiará durante la aventura. Y para terminar tenemos a Fay, el espíritu de la Espada Maestra. Han querido hacer una especie de Navy (el hada de Ocarina of Time), pero con mayor peso en la trama y les ha salido regular. Es un personaje que está constantemente deteniendo la acción para contarnos algo y eso en un título orientado a la acción, es un tremendo error de diseño. Pese a todo al final se le coge cierto cariño.
En cuanto a los enemigos tenemos a Grahim. Es sin duda uno de los mejores villanos de toda la saga. Un enemigo al que nos enfrentaremos varias veces para detener sus malvados planes. Un villano que desborda carisma. Por otro lado tenemos a el Durmiente. El jefe más aburrido e infame de toda la saga Zelda. Durante la aventura tendremos que derrotarle hasta en 3 ocasiones. No tiene por qué ser un error de diseño tener que matar al mismo jefe tres veces, ya pasa con Grahim y no se hace para nada pesado. El problema está cuando dicho jefe te rompe el ritmo del juego y no es absolutamente nada divertido de combatir. Y para terminar tenemos a Malton. Es un matón promedio. Una especie de Biff Tannen (el matón de Regreso al Futuro) de la saga Zelda. No me encaja ver a Link incordiado por un ser tan inferior y que Zelda tenga que salir en su rescate. Durante la aventura se irá centrando y al final nos terminará ayudando.

No es el remaster de la Diosa
En la edición de Wii Skyward Sword debía jugarse obligatoriamente con el Wii Remote Plus. Un control por movimiento imprescindible, como era norma en la consola. Y la verdad es que funcionaba realmente bien. Era un control ágil, un buen mapeo de botones y una jugabilidad frenética. Quizás fallaba en alguna ocasión a la hora de detectar el lanzamiento de bombas o los tajos laterales, pero en términos generales funcionaba. La remasterización de Nintendo Switch respetó dicho modo de control, que funciona algo peor, ya que los Joy-Cons no tienen la misma tecnología que el Wii Mote. Aunque lo más interesante ha venido con la implementación de un modo de control clásico, sin control por movimiento, sin duda el modo en el que servidor lo ha jugado.
En un primer momento el control clásico se nota algo tosco y menos ágil que el modo por movimiento. Es normal, hay tantos movimientos que se hacen con el mando, que son necesarias combinaciones de botones para hacer ciertas acciones como mover la cámara, lo cual nos obligará a tener que pulsar y mantener L y entonces podremos moverla utilizando el stick derecho. Algo que hace bastante lento y tosco movernos y rotar la cámara a la vez. Si no pulsamos L el stick derecho será el que utilicemos para atacar con la espada, dirigiendo con el stick el sentido del corte. Los ataques giratorios y ejecutores se han implementado como se ha podido, pero no son nada cómodos de realizar ya que nos exigen hacer de forma continua varios movimientos con el stick. Y ya ni hablemos de la voltereta al correr que se hace pulsando el stick, algo que si jugamos en modo clásico no haremos nunca.

Personalmente creo que se ha puesto muy poco énfasis en la implementación del control clásico. Parece que se ha hecho un poco con prisas y no de forma concienzuda. Ahora bien, no se puede negar que para cosas como lanzar las bombas rodando ha sido gloria bendita el control clásico y ya ni hablemos del primer templo del volcán donde tienes que ir sobre la lava encima de una roca, recuerdo caerme infinidad de veces en Wii, aquí moviéndolo con el stick, todo completado a la primera.
Más allá del control clásico, el otro añadido interesante que ha recibido esta entrega HD para Nintendo Switch ha sido el lavado de cara visual. El juego ha venido con la coletilla de HD, pero en ningún momento dice «remasterización» propiamente, aunque no se puede negar que sí que la ha habido, aunque un tanto escasa de mejoras. Visualmente el juego se ve mucho mejor que en Wii, donde abundaban los dientes de sierra. La mejora visual en los personajes ha sido muy notable. Es cierto que sigue manteniendo algunas texturas muy pobres en detalle que ya cantaban en Wii, por ejemplo las de algunas rocas, paredes o puertas, las del suelo en cambio siguen aguantando y viéndose bien. Sonoramente se escucha también algo mejor, aunque no cuenta con una de las mejores bandas sonoras de la saga, tiene temas muy icónicos y reconocibles que siguen sonando de maravilla.

Conclusión
Una remasterización correcta y poco más. Un lavado visual que ha sentado bien, pero que no ha sido suficiente. El juego sigue con sus defectos del pasado, que cuatro añadidos no consiguen remediar. Los añadidos introducidos en esta edición quedan lejos de las mejoras relevantes para eliminar tedios que se incluyeron en Wind Waker HD, como cambiar la dirección del viento con el stick o duplicar la velocidad de navegación. Skyward Sword cuenta con importantes errores en el ritmo, con nula exploración en los cielos y con una repetición de zonas agobiante y eso sin contar al peor jefe de toda la saga, El Durmiente. Una remasterización que además añade un modo de control clásico que podía haber sido mejor diseñado diseñado y el modo por control por movimiento no es tan preciso como en Wii. En definitiva, una remasterización que se ha quedado en la superficie, en lo visual, sin corregir o adaptar el título como merecía ser adaptado y sin pasar una fase de testeo mínima en lo jugable.
NOTA
Gráficos | 7 |
Sonido | 8 |
Jugabilidad | 7 |
Duración | 7 |
Diversión | 6 |