El Viaje del Heroe – Hacia el poblado orni | Diario de Zelda Tears of the Kingdom

¡Atención!

Esta entrada contiene spoilers de la trama de

The Legend of Zelda Tears of the Kingdom

Capítulo 6

Me dispuse a explorar el gran cañón que había en la región, que era como una gran grieta con tierra mucho más profunda en altura. Me lancé con la paravela y decidí empezar a recorrerlo por la esquina inferior izquierda.

Me encontré con un Petrarock poco común que me derrotaba de un solo golpe. Así que tras varios intentos desistí. No podía vencerlo. Me derrotaba de un solo golpe yo apenas le hacía daño.

Fui dirigiéndome hacia el noreste siguiendo el camino que tiene el cañón en esta región. Me encontré con un Goron que me propuso un entretenido desafío. Tenía que transportar una gran bola de piedra lo más lejos posible. Utilicé los materiales que había en esa zona y me construí un pequeño vehículo con cuatro ruedas. Acoplé la roca al vehículo y la transporté lo más lejos posible dentro del tiempo establecido. Como recompensa el Goron me dio bastantes rupias.

Después encontré una cueva en la que me tuve que enfrentar a un like like gélido cuyos ataques me congelaban. Fui rompiendo varias paredes de piedras y encontré un santuario que completé fácilmente.

Continué con la exploración del cañón y, tras derrotar a un invocantis eléctrico encontré otra cueva en la que entré. También estaba llena de paredes de piedras y encontré un gran montón de piedras en una sala bastante amplia. Ya sabía lo que ahí esperaba. La intuición no me falló y un enorme Hinox Esquelético salió de entre las rocas. La experiencia adquirida hace que ya no me resulten tan complicados de derrotar. Tras la batalla, en la cueva no había mucho más que hacer así que regresé al exterior.

Continué la exploración del cañón y vi al fondo el Templo Olvidado que comentó Impa. Pero este salía de los límites de la Región, así que decidí dejarlo para otro momento. Volví entonces a la posta del puente para continuar explorando la pequeña parte de la derecha de la región que aún quedaba por investigar.

Me dispuse pues a cruzar el puente sobre el cañón para acceder a la parte noroeste de la región. Al otro lado del puente me esperaban un orni y un goron para retarme en un entretenido juego de encestar rocas en un cesto. Haciendo uso de la habilidad de retroceso obtuve una puntuación perfecta.

Tras el entretenido juego, comencé a explorar la zona desde el suroeste y escalé las montañas. Gran error, ya que ahí me encontré a unas de las criaturas más terroríficas e imponentes de lo que llevo de aventura. Empecé a sentir calor, la temperatura corporal se elevaba y no tenía alimentos ni ropajes para enfriar mi cuerpo. Entonces descubrí el motivo. Un enorme dragón de tres cabezas. Se percató de mi presencia y comenzó a disparar rayos de fuego con el objetivo de acabar con mi vida. Además, cuanto más se me acercaba más calor sentía, tanto que comenzó a mermar mi energía vital. Hui lo más rápido que pude de ahí. Recordaré su ubicación para derrotarlo, no podré explorar a fondo esa montaña mientras ese monstruo merodee por ahí.

Volví al final del puente colgante y decidí explorar la zona por el camino debido. Me encontré un pozo algo profundo donde había un ciudadano de Hyrule. Bajé a hablar con él y me comentó que se había caído ahí con su carreta y no tenía forma de volver arriba, así que le eché una mano con mis poderes.

Más adelante encontré un montón de piedras en el suelo y lo destruí para caer en una cueva. La recorrí hasta el final y me encontré con una piedra verde que me propuso un desafío. Tenía que transportarla hasta el lugar indicado. Tras realizar la petición la piedra se convirtió en un santuario que completé con facilidad ya que el reto era transportar la piedra de antes.

Regresé al Fuerte Vigía, el pequeño poblado fortificado de la primera región y me encontré de casualidad con Obab. Así que aproveche para expandir mi alforja con todas las semillas Kolog que tenía, ya que esta vez Obab no se marchó.

Aun me queda una pequeña fracción de mapa por explorar de la segunda región y puede que me pase por el Templo Olvidado para ver qué me quiere contar Impa.

Capítulo 7

Mientras seguía explorando la última sección de la región tuve que combatir contra varios Petrarocks y algún Petrarock Fortificado. También encontré a varios Kologs.

Encontré diversas cuevas, alguna de ellas llena de hielo, donde tuve enfrentarme a un ejército de Horroblins para obtener algunos tesoros.

Llegué a una cabaña donde ayudé a unos jóvenes a derrotar a los enemigos que rodeaban su hogar.

Me pasé un momento a una nueva región colindante porque vi un nuevo geoglifo muy cerca. Tras obtener la lágrima pude ver un nuevo recuerdo de la Princesa Zelda. En él charlaba con Rauru y Sonnia sobre la época en la que estaban. Se confirman mis sospechas, la Princesa ha viajado a la era en la que se fundó el Reino de Hyrule. Zelda sigue buscando el modo de regresar, pero no controla aun el poder del tiempo. Sonnia cree poder ayudarla. Espero que pronto logre volver, necesito su ayuda.

Continué explorando la parte nevada de la región. Aprovechando una roca que caía de los cielos logré ascender a una nueva Isla Celeste y obtener una esfera cuya utilidad desconozco.

Siguiendo por los límites de la región, justo al lado del paso al poblado Orni me encontré con una nueva posta, o al menos así lo era por fuera. En su interior descubrí que ahora era la sede del periódico que solían leer en las otras postas. La directora de la gaceta me pidió que la ayudase a recopilar información en las distintas postas.

Exploré lo poco que me quedaba de la región y me enfrenté a un nuevo Hinox esquelético que sólo despertó de noche.

Antes de marchar al poblado Orni decidí que era el momento de reunirme con Impa. Así que marché al Templo Olvidado. Tuve que pasar a una región aun sin explorar.

En el interior del Templo tuve que combatir con varias hordas de enemigos y también completé un nuevo santuario. Llegué a una amplia sala con lo que parecía ser el mapa del Reino de Hyrule en el suelo. El mapa reflejaba la ubicación de todos los geoglifos que hay por Hyrule. Y también estaban dibujados en las paredes de dicha sala.

Antes de marchar Impa me recordó que no olvide buscarlos ya que seguramente sean importantes durante la aventura y una vez obtenidos todos seguramente el mapa o las paredes nos revelen algo.

Como andaba un poco escaso de baterías decidí regresar al subsuelo y obtener más cristales energéticos.

Descubrí un par de nuevas raíces y me centré en buscar a poderosas criaturas como Petrarocks Fortificados y Anurontes, para derrotarles y obtener cristales.

Una vez tuve suficientes me dirigí a los cielos a intercambiarlos por una nueva Célula energética y tener así dos pilas enteras. Ya que estaba en las Islas Celestes del inicio aproveché y me pasé de nuevo por la estatua de la Diosa, había completado suficientes santuarios para obtener un nuevo Contenedor de corazón.

Ahora estaba listo. Listo para ir al poblado Orni. Listo para ayudarles con la ventisca. Listo para continuar tras la pista de la Princesa Zelda.

Capítulo 8

Llegué al fin al poblado Orni. Hablé con los pocos habitantes que había allí, en su mayoría niños. Tras echar una mano a alguno de ellos llegué al mirador de uno de los pisos superiores para reencontrarme con Teba, ahora líder de la aldea. Su hijo Tureli había crecido mucho y quería ser un valiente guerrero y ayudar al poblado. Me hablaron de una antigua leyenda sobre un navío que ayudó al poblado durante una crisis en el pasado.

Antes de partir a donde se dirigió el pequeño Tureli y hallar un modo de poner fin a la ventisca, me hice con nuevos ropajes para contener mejor el clima helado.

Marché entonces para donde estaba Tureli. Derroté a un Invocantis gélido y paré en una cabaña donde obtuve provisiones. Antes de perderme por la nueva región decidí desbloquear su mapa completo, así que me dirigí a la Atalaya para cartografiar el terreno.

Aprovechando la eyección de la Atalaya logré alcanzar algunas islas celestes y encontré un nuevo santuario y varios tesoros.

Después continué el ascenso a la montaña en dirección a Tureli. Tuve que cruzar una cueva y enfrentarme a hordas de enemigos.

En la cima me encontré al joven orni a quien ayudé a recuperar su arco.

Tureli dice haber visto a la princesa Zelda sobre una nube siendo atacada por un monstruo. Debemos ir a investigarlo. Haciendo uso de la habilidad de Tureli de crear ráfagas de aire seguro que podremos ascender.

Comencé el ascenso de la montaña junto con el joven orni. Derroté a varios bokoblins y autómatas zonnan y llegué a una nueva cabaña. En ella encontré a unos jóvenes aficionados a descender la montaña nevada sobre su escudo, pero a causa de la ventisca y la escasa visibilidad no pude desafiarles.

Al lado de la cabaña se encontraba una cueva. Entré en ella y tras descender varios pisos llenos de hielo llegué a una pequeña zona de agua donde encontré una gran gema verde. Igual que la que encontré anteriormente esta me dirigió al lugar donde terminó convirtiéndose en un nuevo santuario.

Continué el ascenso y en la punta de la montaña vi que lo que esperaba más arriba eran islas flotantes, si quería llegar al núcleo de la ventisca tenía que ascender por ellas.

Comencé el ascenso haciendo uso de la paravela y la habilidad de Tureli. En ciertos lugares tuve que utilizar la habilidad de Infiltración.

Llegué hasta una zona donde nos encontramos con un barco volador y nos habló una voz. Nos pidió que le buscásemos y siguiésemos ascendiendo. En los cielos había muchos barcos voladores y Tureli lo relacionó con la antigua canción orni.

Seguimos ascendiendo juntos y completé un nuevo santuario.

Tuve que enfrentarme a una nueva criatura compuesta de cubos y en un cofre encontré un mapa, que me reveló la ubicación de un tesoro del subsuelo.

Tuve que construir una sencilla plataforma voladora propulsada con globos gracias a la habilidad de ultramano. Las islas estaban repletas de autómatas zonnan hostiles, pero no me resultaron demasiado complicados de derrotar.

Llegando a la parte superior del gran remolino tuve que saltar sobre varios barcos voladores. El más elevado de ellos me ayudó a pegar un gran brinco que me llevó a introducirme en el gran remolino por la parte superior.

Se trataba del Templo del Viento. El legendario arca celeste de las leyendas y cuentos orni.

Un gran desafío me espera, estoy seguro de que con la ayuda del joven Tureli lograremos poner fin a la ventisca.

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